REFLEXIÓN Y ORACIÓN PARA EL 3 DE OCTUBRE

Dice tu Angel hoy:

Cada vez que sus discípulos actúan y se comportan como hermanos, como hijos de un mismo Padre,  Cristo se alegra. Porque es entonces cuando forman  la perfecta comunidad, parecida a la de los primeros cristianos (ver Hch 2, 42-47). Esto no es solo para las comunidades monásticas o las del Renacimiento. La familia cristiana vive así, las parroquias deben inspirarse en este ideal evangélico, así como las iglesias ricas apoyando a las iglesias pobres o perseguidas. Si los cristianos no testimonian  el amor del Evangelio, traicionan al Evangelio. Jesús advierte a los discípulos, “¿Por qué me llamáis Señor, Señor y no hacéis lo que os digo?” (Lc 6, 46). Para cualquiera que actúe así, su casa estará como si no tuviera cimientos. Se la llevará la inundación, y su destrucción será total. Vuélveselo a decir a tus hermanos en la fe.

ORACIÓN POR LA PAZ

A LOS ÁNGELES DEL SEÑOR

Ángeles del Señor,
Protegednos de los hombres enfermos de avaricia
y  de maldad que buscan esclavizar a los justos.

Libradnos de los deseos del demonio del exterminio.
Libradnos de las pérdidas y de la destrucción.
Libradnos de la infelicidad de la guerra.

Ayúdadnos a percibir el amor que hay en el Universo

 y hacernos eco de él para reproducirlo

hasta el último rincón de la tierra.

En el corazón de la guerra solo hay odio.

En el corazón de la vida solo debe haber amor,

entonces, enséñadnos con vuestra sabiduría,

el verdadero camino de la vida que es el amor.

Ángeles del Señor abrid nuestros ojos.
Ángeles del Señor abrid nuestros corazones.
Ángeles del Señor dadnos humildad y gratitud.

Enséñadnos a buscar la grandeza y la perfección.
Enséñadnos a ser benevolentes y compresivos.

Guíadnos por el sendero del amor,

que es la luz, que es la compresión,
tolerancia, perdón, porque de todas estas cosas,

 está hecha la Paz.

Y la Paz engendra vida.

Guíadnos amorosamente hacia la paz,

por el poder del amor que es capaz

de resolver y disipar todo aparente problema

La paz es vida ahora y por siempre.

¡AMEN!